Por Jimena Sampataro @mjs__23
Mariana Brea es diseñadora textil y de indumentaria egresada de la Universidad de Palermo, pero también supo combinar la moda con su otra pasión: el arte. Del 2002 al 2006, formó parte del grupo Fénix Muralista y estudió en el taller de los artistas Jorge Noriega y Carolina Antoniadis. Actualmente, trabaja como diseñadora de indumentaria para la marca Sarawak Argentina y en la galería de arte Praxis Buenos Aires, donde exhibe parte de su trabajo. “Me encanta el trabajo artesanal, meticuloso, obsesivo, sobre todo complejo. Cada vez que comienzo una obra es una meditación conmigo misma”, revela Brea que presentó “Dialéctica: entre lo apolíneo y lo dionisíaco” en Galería Praxis, dentro del marco de Distrito Arenales. Ahí trabajó con dos conceptos: el apolíneo y el dionisíaco, categorías que Nietzche construyó para describir el arte griego en su libro “El Nacimiento de la Tragedia” (1872). En la exhibición, se mostraba un dialogo entre Apolo y Dionisio, a través de una serie de piezas orgánicas, estilizadas y ambiguas, de referencia a lo femenino y al cuerpo humano, con una paleta de color uniforme y brillante. En la instalación de la vidriera “Bacanal”, se atrevió a romper la estructura, combinó colores y sacó la trama al espacio, trabajando el desborde y dejándose embriagar por su Dionisio interior, buscando contar un nuevo relato.
¿Cómo surgió tu conexión con el arte?
El arte siempre estuvo presente desde que nací. Recuerdo de niña ir a visitar a mi tía abuela Nelly Puerta que era artista y docente, y quedar fascinada por todo ese ambiente donde la música, las cerámicas y las pinturas convivían en sus paredes y galerías. Siempre me gustó dibujar, pintar, coleccionar papeles de carta, jugar con telas a disfrazarme y crear mis propios diseños, y comencé a conectarte con la materia desde la costura. Además, el hecho de haber nacido en Apóstoles y estar en contacto estrecho con una naturaleza tan exuberante como la de Misiones, favoreció mucho a mi inspiración e influyó muchísimo en mis posteriores trabajos.
Mis primeras incursiones fueron hacia el diseño de indumentaria, el contacto con otros artistas misioneros, y fundamentalmente mi amigo y profesor, Jorge Noriega, fue quien me alentó a ser una artista y me marcó el camino hacia la pintura, formando parte del grupo Fénix Muralista, dirigido por él, pintando murales en la ciudad de Bs. As. y el interior del país, junto a un grupo hermoso de amigos y docentes.
¿Tenés algún material con el que trabajas siempre o preferís experimentar?
Paralelamente a mis trabajos en papel, hay una producción abocada a la pintura y al dibujo muy vinculadas con la naturaleza, que oscila entre la abstracción y la figuración que puede verse en las series: “Líneas y manchas,” “Largos y sinuosos,” “Vestigios del paraíso” y “Ocaso natural.” Todas toman como soporte el papel y se materializan en diferentes técnicas de representación, entre grafitos, acuarelas, acrílicos, tintas, bolígrafos y rotuladores; las obras bidimensionales son el paso previo a salir al espacio. También he realizado trabajos en collage, una técnica que siempre me invitó a explorar y combinar imágenes y materiales, siendo éstos, en algunos casos, un proceso anterior de inspiración y estructura para llevar a cabo una obra posterior. También, trabajé con acetatos, gelatinas de iluminación, radiografías, papel poliéster metalizado. Actualmente elijo el papel metalizado, me gusta involucrarme con el material, indagar en todo lo que puedo hacer con el para poder transformarlo y darle una nueva identidad.
¿Cuál es el mensaje que querés dejar con tu arte?
Que nos invite a reflexionar sobre la materialidad y los cruces entre el dibujo, la escultura y el textil a partir del oficio de lo artesanal. Que la obra sea sugerente, de referencia a lo femenino, que cada espectador pueda afilar su propia mirada dejando mi genoma personal en cada pieza.
Linda Nochlin se preguntó en los ‘70 por qué no han existido grandes artistas mujeres, y la respuesta que encontró se basa en la desigualdad que tienen las mujeres en las estructuras sociales e institucionales. ¿Considerás que cambió algo desde aquel entonces? ¿Se avanzó realmente o es simplemente una ilusión?
Categóricamente sí cambió, el contexto social que tenía la mujer en los años ‘70 era totalmente distinto y ha ido cambiando en forma progresiva y en los últimos 20 años se ha notado un cambio exponencial. Simplemente como ejemplo, podemos hablar de la cantidad de mujeres ministros y presidentes en países del primer mundo, la ecuanimidad intelectual que traspone los límites y se ha derramado en distintos ámbitos como el arte. Las mujeres participan en bienales, ganan premios, y se convierten en referentes de la cultura.
Algunos ejemplos actuales que podría decirte son:
+El Premio Adquisición de Artes Visuales 8M: Despatriarcalizar el patrimonio, un concurso destinado a artistas mujeres y personas LGTB, con el objetivo de visibilizar y revertir la situación crítica de la paridad de género en las colecciones públicas, fue una puesta inédita desde el estado, para ganar igualdad y visibilidad.
+Obras de 16 artistas seleccionadas pasaron a formar parte de la colección de arte del Palais de Glace.
+Actualmente el Premio Trabucco en pintura 2020 y grabado 2022, lo ganaron dos mujeres: Leila Tschopp y Elisa O´Farrel que pueden verse en el CCK.
+También, el reconocimiento en los Premios Konex 2022 que puso la mira en las artes visuales, entre las 100 figuras destacadas de la década, la mayoría de ellas fueron mujeres, Marta Minujín, Gachi Hasper, Adriana Lestido, María Luque y Magdalena Jitrik, por nombrar algunos ejemplos.
¿Nos podés adelantar algo sobre tus próximos proyectos?
El siguiente paso es llevar la obra al espacio tridimensional, indagando en el tejido del papel con la cestería artesanal, y probando con lacas para endurecerlo y conservar su apariencia firme, investigando también sobre otros materiales y técnicas.
Me gustaría hacer una puesta en escena, una performance donde aparezcan cuerpos vistiendo estas piezas escultóricas, donde los cuerpos se funden en la oscuridad convirtiéndose en el soporte de estas esculturas vivas.